MSG tiene como objetivo la creación de una conciencia no-violenta mundial. Esta nueva conciencia será el paso necesario hacia un mundo libre de violencia, no solamente en su expresión más cruel, las guerras y la violencia física, sino también libre de la violencia económica, racial, religiosa, sexual, sicológica y moral.
La historia universal ha registrado más de 2500 guerras en las que han perecido millones de seres humanos. Se realizan para redistribuir por medio de la violencia armada, los bienes sociales, arrebatándolos a unos y entregándolos a otros.
Este interés se encubre hoy con motivos religiosos, geopolíticos, “defensa” de los derechos humanos, etc. Al mismo tiempo, el progreso tecnológico va produciendo armas cada vez más devastadoras que apuntan más y más a la población civil justificándolo como “daño colateral”.
Existen poderosas fuerzas sociales interesadas en las guerras, como el complejo militar-industrial, agrupaciones racistas, nacionalistas radicales y fundamentalistas, grupos mafiosos, etc. La venta de armas es uno de los negocios más lucrativos que realizan muchos países, principalmente los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
La existencia humana está abierta al mundo y opera en él intencionalmente. Es desde esta libertad, donde el ser humano elige aceptar o negar las condiciones sociales en que nace, se desarrolla y muere. Todas las formas de violencia se manifiestan como la negación de la intencionalidad del otro ser humano, y por cierto de su libertad, como acción de sumergirlo a él y a los conjuntos humanos, en el mundo de la naturaleza. Es esta objetivización lo que permite privar a otros de su derecho a la libertad, a la felicidad y por último a la vida. Es también esta libertad lo que permite a una minoría apropiarse del todo social en violenta concentración de riqueza y recursos.
Eliminar las guerras representará salir definitivamente de la prehistoria humana y dar un paso de gigante en el camino evolutivo de nuestra especie. Un “mundo sin guerras” es una propuesta que mira al futuro y aspira a concretarse en cada rincón del planeta para que el diálogo vaya sustituyendo la violencia.
MSG postula el hecho obvio de que la gran mayoría de los seres humanos no quiere las guerras ni la violencia, pero al mismo tiempo no cree que sea posible eliminarlas.
Entiende por tanto que, además de realizar acciones sociales, hay que trabajar revisando las creencias acerca de esta supuesta inmodificable realidad.
La no-violencia aparece ya en edades muy tempranas en casi todas las culturas y religiones en sus momentos más humanistas, con diferentes expresiones de la Regla de Oro, hasta concretarse en el Principio de Acción Válida “cuando tratas a los demás como quieres que te traten, te liberas”.
Emergente de tales experiencias se desarrolla entonces la no-violencia como metodología de acción, que es coherente con sus objetivos.
Hasta tanto el ser humano no realice plenamente una sociedad humana, es decir, una sociedad en la que el poder esté en el todo social y no en una parte de él, la violencia será el signo bajo el cual se realice toda actividad social. Por ello al hablar de violencia, hay que mencionar al mundo instituido, y si a ese mundo se opone una lucha no-violenta, debe destacarse en primer lugar que una actitud no-violenta es tal porque no tolera la violencia.